Bostezando sin dormir.

Así es como estoy, básicamente.
Me acosté siendo domingo, es ya lunes y aquí estoy, desvelada. Son las 2.30 y no consigo dormir. Puede que sea por la siesta dominguera que me he pegado o porque el gusanito de seda no para de dar berridos, tendrá hambre, digo yo. Me he levantado y le he dicho a la madre -mi jefa, también- que si quiere que me lo quede yo un rato, más que nada para que al menos una de las dos pueda dormir. Frank es un bebé precioso, a estas alturas del cuento tiene ya 4 días y no me canso de mirarlo!

Pues eso, que la siesta que hoy me he echao ha sido de campeonato, para recuperarme de ayer y de los días previos en los que he dormido fatal y no he parado con eso de ser pseudo madre a tiempo completo. Ayer hice bastantes cosas: café y pastel de blueberries con François, cena -hamburguesas caseras estilo sueco- en casa de Johan y con Lara, birras en Rose St. con mi Bea y luego me fui de juerga en una Ladies' night con las niñas: Lara, Carina, Ylfa, Eidun y otra chica islandesa que tiene un nombre tan vikingo que por más que me lo repitió a lo largo de la noche no conseguia acordarme. Lo pasé muy bien, me reí muchísimo y desconecté, que falta me hacía.
Evidentemente, acabamos en el Hive, sitio que veneramos a la par que criticamos, pero es que una salida de sábado por la noche sin ir al Hive es como mear y no echar gota, salvando las distancias.
Estábamos en nuestro rollo cachondeo suizo-sueco-islandés cuando de repente sonó una canción que hacía años que no escuchaba y que no esperaba que los pipiolos que me rodeaban conocieran.. Me recordó a mi adolescencia, a un triple CD que tenía, Pioneer the Album..
Bueno, os dejo el link, que seguro que la conoceis.. http://www.youtube.com/watch?v=PSYxT9GM0fQ
Pues eso, que me acordé de cuanto me gustaba esta canción y me dí cuenta de lo rápido que pasa el tiempo, ya que por lo menos hace 10 años de esto.

Esta mañana, después de dar bastantes vueltas en la cama, tocó levantarse. Planeamos un montón de cosas: cine, paseo, etc.. Pero nos pudo la pereza. Aunque desayunar, había que desayunar.. y qué desayuno!
Un cafelito fuerte, pan del de verdad tostado y un montón de quesos franceses de los que me encantan, como el Morbier, que es un queso ahumado con una capa de ceniza enmedio y el Cantal, que es más ácido. Me podría pasar la vida comiendo queso!
Ya por la tarde, sesión marujil con Bea, con cena y postre incluido, y pa' casa, con sorpresa incluida en el autobús: mi vecino, ya abuelo, venía un poco piripi -creo yo- del rugby. Y es que hoy ha jugado Escocia contra Francia en la 6 Nations, pero ni idea de quién ha ganado.

Bueno, creo que ya va siendo hora de cerrar el negocio y de reintentar dormir, que en 5 horas vendrán dos peque-guiris a decirme que es la hora de desayunar!