jueves, 28 de julio de 2011

Calor!

Después de casi dos años en Edimburgo lo que echo de menos más que al jamón serrano, las patatas fritas de mi abuela y la paella de mi madre es el CALOR!

Esa sensación de cerrar los ojos, de sentir cómo el sol te cubre la piel, te calienta el cuerpo, de placer veraniego...pues aquí no existe. Aquí existen muchas estaciones a lo largo del año: invierno, nieve hasta las caderas, lluvia horizontal, huracán helado (que suele acompañar a las otras estaciones), la de primaverilla, el día de "sol" (se llama día porque es lo que dura, un día), el sol radiante pero jódete de frío, los días mega cortos en los que a las 15.30 anochece, los días inacabables en los que hay luz las 24 horas y a las 4 de la mañana parecen las 12 del día, pero el verano aquí no existe.

El año pasado tuvimos unos Mayo y Junio bastante buenos, pero este año hemos tenido 3 días de calor. Y digo 3 porque los he contado. Porque si hablo de aquel viernes de super calor de principios de Junio todo el mundo se acuerda, básicamente porque solo hubo un día y el fin de semana que venía fue de auténtico asco. Dios que hartura que tengo!

Por eso, queridos amigos, ésta que está aquí se va a su tierra, a bañarse en la playa, la piscina, cualquier fuente que se tercie, a comer como un cochino, a sudar (aaaaaaaah nunca pensé que me fuera a hacer tanta ilusión sudarrrrrr!), a vaguear al sol, a comer aceitunas, pulpo a la gallega, ensaladilla rusa, pescaito frito, cualquier cosa que me pongan delante, en resumidas cuentas.

Aunque sea por poquísimos días, ahora empieza para mi mi verano.

Felices vacaciones :)

lunes, 25 de julio de 2011

La edad del pavo

Detesto la edad del pavo como si yo hubiese sido una excepción y no hubiera pasado por ella. Me sacan de quicio los adolescentes granudos, lánguidos, sin sangre en las venas, altos y desgarbados y me voy peleando por medio mundo con ellos, cosa que mi novio adora, no entiendo por qué.

Total, que una que creía que "a su edad yo no tenía ese pavo" acaba de recordar algo que me ha hecho sonreir..

Una mañana de junio, seguramente fin de semana o justo al empezar las vacaciones de verano de hace unos 15 años, Feria del Libro, un vestido-peto color mostaza sin mangas y yo.
Una amiga de mi madre viene a llevarme al centro para ver libros y dar un paseo, a mi madre se le pone entre ceja y ceja que me ponga el susodicho peto y yo que no, que no y y que no. Me pregunta mi madre que cuál es el motivo de no querer ponerme el puñetero peto. Avergonzada, la miro y levanto el brazo ante las risas generales de mi madre y su amiga. Si, señores, me había salido mi primer pelo en el sobaquete! Un pelo de 2 centimetros, rubio, que habia que mirarlo con lupa.

Tuvieron que jurarme y perjurarme que el pelo no se veía, ante mi amenaza de que yo solo saldría de casa pasándome la cuchilla. Total, al final fui al centro con la amiga de mi madre, con mi peto y con mi pelillo sobaquero, completamente convencida de que todo el mundo que estaba en la Feria del Libro estaba comentando el pelo de mi sobaquín y que me miraban y se reían, a pesar de que no despegue los brazos del cuerpo en toda la mañana.. No sé cómo me ha venido este recuerdo a la cabeza, pero no he podido evitar reírme un rato, acordándome de cómo las tonterías más grandes nos parecían el fin del mundo.

Acabo confesando: Yo también tuve edad del pavo, señores.